El estrés afecta a muchas partes del cuerpo, entre ellas, la visión. Las manifestaciones más frecuentes son la aparición de tics en el párpado o temblores. Existen además otros síntomas que afectan al patrón de visión como no ser capaz de enfocar correctamente de cerca o de lejos o alteraciones visuales que terminan haciendo doler la cabeza como las migrañas. Los síntomas descritos serían los más frecuentes, pero debe tenerse en cuenta que si el estrés es prolongado puede llegar a originar una sintomatología más grave con aparición de patologías a nivel de retina y mácula e incluso alteraciones en la presión intraocular.
Ante la sintomatología que se presente, en primer lugar debe primarse la prevención a través de pautas conocidas como medidas de higiene al estrés, y en casos de estrés crónico, será necesario pautar el tratamiento más adecuado poniéndose en manos de especialistas.
Algunas de las medidas de higiene al estrés a tener en cuenta serían:
- Intentar rebajar, en la medida de lo posible, el ritmo de vida
- Realizar descansos entre actividades
- Practicar actividades deportivas que permitan fortalecer la visión lejana
- Evitar el consumo de estimulantes como el café o las bebidas con taurina