EN LOS MEDIOS
- Así lo advierten desde el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla recordando que contribuye a irritar más aún la conjuntiva ocular empeorando la patología
- El uso de mascarillas y de gel hidroalcohólico está contribuyendo a empeorar la sintomatología
- La conjuntivitis ocular afecta hasta a un 30% de la población, principalmente jóvenes en países desarrollados
El Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla recuerda la importancia de no automedicarse para tratar la conjuntivitis alérgica ya que hacerlo puede agravar más esta patología que en esta época del año es una de las causas más frecuentes de visita oftalmológica, afectando hasta a un 30% de la población, principalmente jóvenes en países desarrollados.
“Automedicarse con productos que calmen momentáneamente las molestias de la conjuntivitis alérgica puede contribuir a irritar más aún la conjuntiva ocular lo que puede llegar a empeorar la patología y complicar su tratamiento”, explica la especialista en superficie ocular, córnea y cirugía refractiva del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla, la Dra. Laura Porrúa.
Polen, ácaros y pelo de animales, los factores de riesgo más comunes
La conjuntivitis alérgica afecta a la parte externa del ojo (la conjuntiva) como reacción al polen (especialmente a las gramíneas, en el norte de España, y al olivo, en el sur), aunque también puede deberse a una reacción a los ácaros del polvo o al pelo de animales. El picor, el enrojecimiento ocular, el lagrimeo y la sensación de arenilla o sequedad son los síntomas más frecuentes asociados a esta patología.
A estos factores, la coyuntura actual suma dos más que están empeorando los casos de conjuntivitis alérgica: el uso de la mascarilla y los geles hidroalcohólicos. “El uso de mascarillas contribuye a empeorar la sintomatología porque favorece una mayor evaporación de la lágrima debido a las fugas de aire exhalado hacia la superficie ocular. Esto lo vuelve más vulnerable al privarlo de las defensas que contienen las lágrimas”, afirma la Dra. Porrúa quien continúa indicando que “por su parte, los geles hidroalcohólicos son un producto tóxico que en contacto con los ojos pueden desencadenar una conjuntivitis irritativa o incluso una úlcera corneal”.
Tratamiento controlado
Desde la clínica se insiste en la importancia de que sea un especialista el que supervise el tratamiento más adecuado para tratar la conjuntivitis alérgica. Lo más importante es realizar un diagnóstico correcto, pues estos síntomas pueden ser sugestivos de un gran número de patologías. Una vez diagnosticada la alergia ocular, para su tratamiento se emplean habitualmente antihistamínicos, tanto orales como en gotas, corticoides o lágrimas artificiales. “Debe tenerse en cuenta que un tratamiento mal administrado puede poner en riesgo la salud ocular. No sirve cualquier lágrima, si no que debemos priorizar los compuestos sin conservantes y con un ácido hialurónico de calidad. Además, éste es también el caso de los corticoides, que deben ser correctamente supervisados ya que su aplicación puede provocar alteraciones si no se administran adecuadamente como cataratas o glaucoma”, declara la especialista de la clínica.
Sus formas más graves
En función de si la reacción se produce en la piel, la conjuntiva o la córnea se manifestarán las distintas formas de conjuntivitis alérgica. La alergia por contacto con la piel origina la blefaroconjuntivitis que es una inflamación que afecta tanto a los párpados como a la conjuntiva del ojo. Si se produce en la conjuntiva es cuando da lugar a la conjuntivitis alérgica asociada a sus síntomas más comunes: ojo rojo, lagrimeo constante y picor. Por último, si la reacción se origina en la córnea provoca la queratoconjuntivitis que es una de las formas más graves. El motivo, las lesiones que origina en el epitelio y/o estroma corneal. Para evitarlas es fundamental un tratamiento precoz para disminuir la inflamación y los síntomas, y posteriormente un estudio que permita detectar el alérgeno que la provoca.