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¿Qué es la córnea?
La córnea es la primera lente del ojo, una “ventana” transparente por la que entran las imágenes. Los rayos de luz pasan a través de ella y de la pupila y se enfocan en la retina. Para que esto suceda la córnea debe de ser transparente y tener la curvatura adecuada, de lo contrario la visión puede verse gravemente afectada.
La córnea tiene básicamente tres capas: una delgada “piel” superficial (epitelio), una capa gruesa central (estroma), y una única capa de células en la parte posterior (endotelio). Todas estas capas deben ser claras y uniformes para que la córnea funcione como una “ventana” o como la primera lente de una cámara de fotos.
¿Qué problemas pueden dañarla?
Todas las capas de la córnea pueden afectarse individualmente o en combinación. Ninguno de estos problemas es muy frecuente en la población general.
Los más frecuentes son:
- Cicatrices en la capa central (estroma) a consecuencia de heridas, infecciones o ciertas distrofias. Pueden aparecer alteraciones de la forma y grosor de la córnea lo que da lugar a irregularidades de la misma como en el queratocono o queratoglobo.
- La capa posterior de la córnea (endotelio) puede resultar inadecuada para mantener su acción de bombeo como resultado de alteraciones determinadas genéticamente como la distrofia de Fuchs, o traumatismo, como la cirugía.
Con menos frecuencia:
- Puede aparecer un agujero en la capa central (estroma) como resultado de una infección o inflamación. Si esto no se trata con rapidez, el resultado es la ceguera.
- Puede volverse opaca debido al daño de las células “madre” de dónde se originan las células que dan lugar a la “piel” (epitelio), debido a inflamación grave o a una agresión química.
¿En qué consiste el trasplante de córnea?
El trasplante de córnea o queratoplastia es la intervención quirúrgica mediante la cual se sustituye tejido corneal dañado o enfermo por tejido corneal sano procedente de un donante.
Es el único tratamiento que existe para córneas afectadas de forma grave, además de los trasplantes de córnea artificial que sólo se realizan en ojos muy dañados en los que existe evidencia clara de que la cirugía de trasplante corneal convencional fracasará o ya fracasó previamente.
Sólo merece la pena realizar el trasplante de córnea cuando el interior del ojo (retina y nervio óptico) funcionan de forma adecuada. Es importante tener en cuenta que un ojo con potencial de visión siempre puede detectar la luz incluso cuando la córnea está completamente opaca. Las alteraciones que pueden haber dañado el interior del ojo son el glaucoma, otras enfermedades del nervio óptico, desprendimiento de retina, inflamación o infección grave en el interior del globo ocular.
¿Qué tipos de trasplante de córnea existen?
Todas las variantes de trasplante son procedimientos quirúrgicos extremadamente delicados. Existen dos tipos principales de trasplante corneal: de espesor total (penetrantes) o de espesor parcial (lamelares). Los trasplantes de espesor parcial han sido muy infrecuentes pero en las últimas décadas están ganando popularidad.
Dentro de los trasplantes lamelares podemos diferenciar principalmente dos tipos de procedimientos: aquellos que reemplazan la parte anterior de la córnea –epitelio y estroma- (queratoplastia lamelar anterior profunda o DALK por sus siglas en inglés) y aquellos que reemplazan la capa posterior –endotelio- (queratoplastia posterior o DSAEK).
¿Cuánto durará el periodo de rehabilitación?
La recuperación completa de la visión es lenta. Tiende a mejorar con el paso de los meses pero puede durar hasta 12 meses, aunque la mayoría de los pacientes notan mejoría en los primeros días tras la cirugía.
El oftalmólogo irá retirando las suturas progresivamente a lo largo del primer año tras la cirugía, pero la visión definitiva, con o sin lentes, no se conocerá hasta ese momento. Durante los primeros meses tras la cirugía conviene evitar deportes que impliquen contacto físico.
¿Cuál es el pronóstico del trasplante de córnea?
La córnea es un tejido avascular y esto hace que haya menor riesgo de rechazo. La cirugía de trasplante de córnea es la más exitosa de todos los procedimientos de trasplante. Sin embargo, siempre existe la posibilidad latente de rechazar la córnea del donante. En la queratoplastia penetrante esta probabilidad va decreciendo durante el primer año de postoperatorio, hasta ser menor al 10% y menos aún en los años siguientes.
La tasa de éxito depende sobre todo de la patología a tratar y del tipo de procedimiento. En la queratoplastia penetrante, en el queratocono, los resultados son muy buenos, (tasa de éxito del 90%) mientras que en los ojos con otras lesiones (trauma, vascularización de la córnea receptora, herpes, complicaciones cirugías previas, alteración grave de la superficie ocular) las expectativas son peores (tasa éxito 50%-40%).
En cuanto al procedimiento la posibilidad de rechazo es mínimo en la queratoplastia lamelar anterior profunda, ya que se conserva el endotelio del receptor y los rechazos epiteliales o estromales son muy infrecuentes. Respecto al trasplante corneal endotelial, aunque precisamente se recambia el endotelio, principal estructura de la córnea que estimula el rechazo, la tasa de rechazo parece algo menor que en queratoplastia penetrante.
Los síntomas de rechazo del injerto son: dolor, ojo rojo o disminución de la agudeza visual. Si apareciera cualquiera de estos síntomas es importante ponerse en contacto con el oftalmólogo lo antes posible.
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