Un equipo de científicos del Deutsches Zentrum für Neurodegenerative Erkrankungen (DZNE) y el Centro de Terapias Regenerativas de Dresden (CRTD) en TU Dresden han descubierto que las células visuales en la retina humana pueden no morir simplemente en algunas enfermedades, sino que son transportadas mecánicamente fuera de la retina de antemano.
Así lo han recogido en un trabajo publicado en la revista ‘Nature Communications’ para el que hicieron uso de una técnica que habían desarrollado previamente: trabajaron con los llamados organoides retinianos, un modelo tridimensional similar a un órgano de la retina humana cultivado a partir de células madre humanas en el laboratorio.
Estos organoides aportan algunas características de la mácula humana, de forma que han permitido al equipo de expertos comprobar que dos sustancias previamente descritas en varias enfermedades neurodegenerativas, las proteínas HBEGF y TNF, son suficientes para desencadenar la degeneración en el organoide retiniano.
Gracias a los organoides, han observado que si bien los fotorreceptores tardan varios años, o incluso décadas, en desaparecer en los pacientes, tal proceso ahora podría reproducirse en el laboratorio en sólo 40 días. Los investigadores quieren averiguar ahora si este mecanismo ocurre en pacientes humanos de la misma manera que en los organoides, si bien los hallazgos iniciales sugieren que este podría ser el mismo mecanismo.