“EL PACIENTE DEBE SER SIEMPRE NUESTRA PRIORIDAD EN LA TOMA DE DECISIONES”

Descendiente de una saga de cuatro generaciones de médicos, la medicina fue su elección hasta unos meses antes de tener que escoger qué carrera estudiar, decantándose finalmente por la de Dirección y Administración de Empresas. Formación que complementó posteriormente con un Máster en Dirección de Marketing y Gestión Comercial en ESIC y un MBA en el Instituto de Empresa. Realizó su carrera profesional más allá de nuestras fronteras, una experiencia que considera muy enriquecedora, y en Madrid, en los sectores del Marketing y las Finanzas. Aunque finalmente la medicina no fue su vocación, ahora sí que forma parte de su trayectoria laboral desde su puesto de Director Gerente en la clínica, lo que le permitió establecer un nuevo vínculo profesional de un miembro de la familia Gómez-Ulla con esta rama.

Proviene de una saga de médicos sin embargo la medicina no fue su elección para el desarrollo de su carrera. ¿Por qué escogió la gestión económica para su práctica profesional?

Bueno he de corregirle en esta afirmación, realmente la medicina era mi elección hasta unos meses antes de tomar la decisión final sobre la carrera a estudiar. Como bien dice, la tradición que mi familia había seguido durante cuatro generaciones, me influía a la hora de decidir a que dedicarme el resto de mi vida y sentía que era un compromiso al que no podía renunciar, pero ya en el último año de colegio me surgieron dudas pues veía que la medicina era una profesión totalmente vocacional, vocación que no veía del todo clara en mí. Resolví mis dudas un domingo que acompañé a mi padre a una urgencia oftalmológica y comprobé que la sangre y yo no éramos buenos compañeros. Después de decidir que no iba a estudiar medicina, elegí una carrera que me diera un abanico amplio de posibilidades laborales al terminarla y por ello opté por Dirección y Administración de Empresas, ya que yo venía de la rama de ciencias y se me daban mejor los números que las letras.

Desarrolló parte de su carrera profesional fuera de España antes de regresar a Santiago. ¿Qué le ha aportado poder trabajar fuera de nuestro país?

Efectivamente, trabajé durante un tiempo en Dublín, Irlanda. El hecho de vivir en un país con un idioma y una cultura diferentes a la tuya es un desafío que enriquece mucho personalmente, pues te obliga a esforzarte diariamente para ser capaz de desarrollar tu vida personal y profesional al mismo nivel, o por lo menos similar a la de los nativos de ese país. Es algo que recomiendo mucho que haga, si tienen la oportunidad, la gente joven que comienza su carrera profesional, pues trabajar en otro idioma, además de las evidentes ventajas profesionales que aporta, desde el punto de vista personal es muy enriquecedor.

Aunque ha estado años fuera se ha integrado de nuevo rápidamente en esta ciudad y de hecho forma parte del pleno de la Cámara de Comercio. ¿Qué ventajas e inconvenientes encuentra al trabajar en Santiago de Compostela?

Realmente no somos las personas a título individual las que formamos parte del pleno de la Cámara de Comercio, sino que éste está formado por empresas de la demarcación del ámbito cameral. Yo simplemente soy el representante del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla en el pleno de la Cámara, lo cual supone todo un orgullo para esta clínica y para mí personalmente al ser parte de un órgano de representación tan importante para Santiago como es la Cámara de Comercio. Trabajar en Santiago como bien dice, ofrece algunas ventajas y desventajas, pero como cualquier ciudad. Para mí la principal desventaja es la que tiene cualquier ciudad pequeña, y es la falta de oportunidades laborales. Evidentemente al ser una ciudad pequeña el tejido empresarial también lo es y por tanto las posibilidades de realizar una carrera profesional también, pero ello no quiere decir que no te puedas realizar profesionalmente en Santiago, sino que vas a tener un menor abanico de empresas para trabajar. Igual pasa con el emprendimiento empresarial, al haber menos base poblacional, tu target posible de clientes es más limitado, a no ser que te dediques a algún negocio que te permita exportar o vender por internet. Sin embargo trabajar en una ciudad pequeña también ofrece sus ventajas, una evidente es el ahorro de tiempos en desplazamiento. Si en vez de tardar al trabajo una hora, tardas 15 minutos, pues entre la ida y la vuelta al trabajo es una hora y media diaria que ganas bien para trabajar o para tu vida personal. A la semana estamos hablando de casi una jornada de trabajo sólo en tiempos de desplazamiento, esta comparativa es brutal en beneficio de las ciudades pequeñas. En general una ciudad pequeña te ofrece una calidad de vida que es muy difícil encontrar en las grandes ciudades, y si además tienes hijos la diferencia es abismal, ya que todo se simplifica por las distancias y la accesibilidad: colegios, hospitales, actividades, etc. Yo que viví 15 años en Madrid, sé bien de lo que hablo.

Actualmente dirige como gerente el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla, fundando por su padre. ¿Cómo surgió y cómo es trabajar codo con codo con el Prof. Gómez-Ulla?

Como le decía antes, yo vivía en Madrid, trabajaba en la Ciudad Financiera del Banco Santander y la verdad nunca había pensado en volver a Santiago, más que nada por lo que comentaba anteriormente, las oportunidades laborales eran más limitadas y yo ya tenía una carrera profesional hecha en Madrid, por lo que en aquel momento ni se me había pasado por la cabeza la opción de volver. Todo surgió estudiando un MBA en el Instituto de Empresa. Fue un año de parón en mi vida profesional, para prepararme mejor profesionalmente y adquirir nuevas habilidades y competencias directivas. El IE es una institución que orienta mucho a sus estudiantes hacia el emprendimiento y éste no tiene por qué ser crear una empresa de cero. La verdad es que influyó mucho en mi un profesor que tuve en la clase de Estrategia Empresarial que recuerdo que dijo: “aquellos que tengáis un negocio familiar, no lo descartéis, puede ser una opción profesional muy enriquecedora”. Mi padre en aquella época no tenía una empresa, sino que tenía una consulta, la cual había crecido mucho en los últimos años y ya necesitaba un profesional que la gestionara, y justamente en esas fechas había tomado la decisión de buscar un gerente para su consulta. Recuerdo que me enviaba los currículums que le iban llegando para consultarme los perfiles de los candidatos. Mi padre, como sabe, tiene un gran prestigio en su profesión y yo siempre creí que su consulta, podía llegar a convertirse en una empresa, una clínica oftalmológica profesionalizada en todas sus áreas. Así que un día tuvimos una conversación sobre la posibilidad de que yo me volviese a Santiago a gestionar su consulta y convertirla en un centro oftalmológico, en tres conversaciones más, se cerró todo, los dos lo tuvimos bastante claro. Trabajar con él la verdad es bastante fácil, ya que ambos sabemos dónde están las virtudes y las limitaciones de cada uno, desde el principio establecimos una doble dirección: una dirección médica y una gerencial en paralelo, cada uno tiene sus competencias claras, pero constantemente tenemos que tomar decisiones en consenso pues muchas decisiones médicas conllevan análisis económicos u organizativos y viceversa.

La gestión sanitaria le ha permitido establecer un nuevo vínculo profesional de un miembro de la familia Gómez-Ulla con la medicina. ¿Cuáles son los grandes retos de este campo? ¿Es más o menos compleja que la de cualquier otra empresa?

El sector oftalmológico es un sector que está en constante avance tecnológico, no hay año en el que no se produzcan avances en alguna de las diferentes subespecialidades, por no decir que son frecuentes en todas ellas. Por lo tanto si quieres estar a la vanguardia tecnológica, para poder ofrecer a tus pacientes las mejores posibilidades de diagnóstico y tratamiento, debes de estar constantemente invirtiendo en tecnología. Tecnología, dicho de paso, tremendamente costosa. Por tanto es fundamental hacer un control estricto de la cuenta de resultados de la empresa para poder acometer constantemente estas inversiones.  Un ejemplo de la importancia de realizar una gestión responsable del Cash Flow, ha sido la situación que hemos vivido recientemente por culpa del COVID-19, en la que de repente nos hemos encontrado con dos meses de facturación “0” y manteniéndose todos los costes fijos de la empresa. Por desgracia muchas  empresas que vivían al día o que les ha pillado la situación con una inversión fuerte que comprometía sus cuentas,  van a tener difícil volver a reanudar su actividad. Sin duda otro reto importante que tenemos los gestores en este sector, es el de cómo poder organizar nuestras clínicas para poder atender a todos los pacientes a tiempo, sin renunciar a la calidad asistencial. Cada año tenemos más pacientes que acuden a nuestra clínica y demandan inmediatez de atención en tiempo rápido de cita y de atención en consulta. Nuestro reto es organizar los centros para poder atenderlos a todos de la manera más eficiente posible y ello implica hacerlo sin renunciar a la calidad asistencial: una premisa fundamental para nosotros. Gestionar las diferentes unidades de la clínica y estar constantemente implementando nuevos protocolos de actuación, es fundamental para poder llevar a cabo con éxito este desafío.

En cuanto a la dificultad de gestión, creo que todas las empresas y sectores tienen sus características propias que se deben analizar. En nuestro negocio hay que tener en cuenta que hablamos de salud y ello implica que siempre debemos de poner por delante al paciente a la hora de tomar decisiones. Decisiones que a veces implican renuncias económicas, puede que en otros sectores para un gestor esto pueda sonar contradictorio, pero en el nuestro no puede haber dudas, siempre se deben de tomar las decisiones mirando por la salud del paciente.

Ha interiorizado rápidamente su trabajo gerenciando la clínica y esto le ha llevado a tomar parte activa en un Foro de Gerentes de grandes clínicas oftalmológicas a nivel nacional. ¿Cuál cree que es el valor añadido de mantener relación con los gerentes de otras grandes clínicas de oftalmología españolas?

Para nosotros los gerentes, es fundamental estar en contacto y establecer una red de colaboración. En muchas ocasiones, el puesto de gerente de una empresa es un puesto de gran soledad, en el que tienes que tomar decisiones sin saber del todo si estarás tomando la más acertada. Poder compartir este tipo de decisiones  con otros colegas, que están en tu misma situación, es algo que te da tranquilidad y supone una gran ayuda en muchos casos. También me sirve de ejemplo la situación que hemos vivido recientemente con la aparición del COVID-19. Fue algo que nos cogió  a todos por sorpresa, ningún centro oftalmológico estábamos preparados para algo de esta envergadura y ello nos obligó a tomar decisiones drásticas en tiempo record. Durante semanas estuve colgado al teléfono a diario con muchos de mis colegas para compartir ideas, información, decisiones, etc. Esta colaboración nos ha beneficiado a todos. La unión, siempre, hace la fuerza. En el mundo en el que vivimos, ir por libre no tiene sentido.

Por su relación familiar con México mantiene una relación marcada con este país. Podría decirnos algo especial sobre él, sabiendo además que lo visita anualmente e incluso ha estado en clínicas de oftalmología en Ciudad de México.

México es un país increíble, con una gente maravillosa y unas posibilidades enormes. El país tiene una riqueza natural, cultural y gastronómica impresionante. Lo que más me gusta es la diversidad que tiene, cada estado tiene sus peculiaridades y características propias que lo hace único y diferente. Es un país que nunca te cansas de visitar y en cada viaje descubres algo nuevo. Efectivamente aproveché hace un año uno de mis viajes personales para visitar el Hospital de la ceguera APEC en México DF. Es un sitio que toda persona que trabaje en el sector oftalmológico debería visitar si tiene la oportunidad. Es impresionante conocer la organización de un centro en el que se atiende a miles de personas a diario y se opera otros cientos. También me sorprendió gratamente la organización que tienen en las áreas de docencia e investigación, donde cuenta con profesionales de gran prestigio internacional y con mucha experiencia.

Tenemos entendido que es un gran aficionado al fútbol por lo que en su infancia debe tener más de una anécdota como espectador, habiendo nacido además en A Coruña. ¿Qué nos podría contar? ¿Por ejemplo, cuál o cuáles son sus equipos favoritos?

Es un deporte que desde pequeño me gustaba mucho jugar y pronto me aficioné a él como espectador. La ironía de la pregunta supongo que radica en que siendo coruñés de nacimiento, hijo de coruñeses y con la mitad de mi familia coruñesa, soy seguidor del Celta de Vigo, bueno no se puede ser perfecto, ¿no? También soy seguidor del equipo de mi ciudad, el Compostela aunque por desgracia ahora no esté viviendo muy buenos tiempos. Como anécdota le puedo contar una en la que mi padre, que es aficionado del Deportivo de la Coruña, una vez me acompañó a Balaídos (estadio del Celta para los no futboleros), para presenciar un derby gallego Celta-Dépor. Por fin conseguía que me acompañase a Balaídos pues él nunca quería venir, siempre quería ir a Riazor. Yo iba muy confiado en que teníamos grandes posibilidades de ganar pues era el año en el que el Celta jugaba por primera vez la Champions League, y la verdad tenía todo un equipazo. Pues bien, el resultado fue de 0-5 para el Deportivo con lo cual ya se puede imaginar mi “alegría”, pero la gracia del tema es que en el descanso del partido con 0-3 ya en el marcador, nos enfocaron en un primer plano de la TV y yo no salía con cara de muchos amigos precisamente. Al ser un partido que se estaba retrasmitiendo en directo para toda España, nos vio gente de todas partes. A él no paraban de llamarle preguntándole desde cuando era seguidor del Celta y a mí me llamaban muchos amigos para meterse conmigo pues sabían de mi afición al Celta y habían visto mi cara de desilusión por el resultado. Ya se puede imaginar que ese partido histórico quedó marcado durante mucho tiempo y esa anécdota se me recuerda con frecuencia en mis reuniones familiares.