Médica por vocación, la Dra. Maribel Fernández, se define como una profesional perseverante que considera fundamental en el trato con el paciente lograr establecer un vínculo de afinidad para un buen entendimiento y confianza. Para ella la empatía, la sensibilidad y el respeto son claves en su profesión que lleva ejerciendo cerca de 30 años sintiéndose afortunada por trabajar en aquello que más le gusta.
Lleva casi tres décadas dedicándose a la oftalmología, ¿escogió esta especialidad por vocación? ¿Y por qué concretamente en retina?
Escogí mi profesión por vocación y fue allá por finales de los 80 cuando empecé a descubrir la oftalmología. Siendo todavía estudiante de medicina empecé a asistir a las consultas externas del Servicio de oftalmología dirigido por el Profesor Manuel Sánchez Salorio en la “cabina 3” dedicada a diabetes ocular en el antiguo Hospital General de Galicia. Formábamos un equipo de trabajo muy activo y bajo la tutela del Profesor José Fernández Vigo, actualmente catedrático en Badajoz, leí mi tesina en 1986 y mi tesis doctoral en 1990 ambas sobre retinopatía diabética, ésta última combinando ya mi residencia de médico de familia con las largas tardes dedicadas a los trabajos experimentales en el laboratorio y la recogida de datos clínicos. Creo que fue aquí donde empecé a implicarme con la retina y especialmente con la patología relacionada con la diabetes ocular. Pero todavía pasarían unos años hasta realizar mi residencia en oftalmología.
De esos 30 años de práctica profesional, cerca de 20 son vinculada al Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla. ¿Dónde radica el secreto?
Empecé trabajando en la clínica al lado del Profesor Gómez-Ulla, cuya trayectoria profesional en el campo de la retina médica es por todos conocida. Poder trabajar en el campo que más me gustaba fue un privilegio y todavía más si desde el principio me encontré en el Instituto Gómez-Ulla a un equipo humano profesional excepcional, los medios más adecuados y las tecnologías más punteras.
¿Qué le aporta trabajar en una clínica como el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla organizada por unidades especializadas para abordar las patologías oculares?
Es imposible abarcar todo el conocimiento y en oftalmología, como en otras especialidades médicas, el nivel de investigación y publicaciones es tan alto que es muy difícil para un profesional estar actualizado en todas las áreas. La existencia de unidades especializadas permite una mejor atención al paciente, al disponer, de una mayor dedicación para poder estar al día en los avances que llegan y tener una mejor formación en temas específicos. Todo esto implica un estímulo constante para la formación y la investigación y poder ofrecer un mejor conocimiento científico en la práctica clínica a nuestros pacientes.
¿Qué valora más del trato diario y directo con el paciente?
Un “buen feeling”, buscar esa afinidad personal para un buen entendimiento, es fundamental para que haya confianza. Y por supuesto tener siempre presente que debemos ser buenos profesionales pero también buenas personas en todas nuestras actuaciones. Creo que la relación personal que se establezca es importantísima en la relación médico-paciente. La empatía, la sensibilidad y el respeto son fundamentales. Debemos ponernos en el lugar de esa persona que esta enfrente y darle confianza y, tengo que reconocer, que yo siento debilidad por “nuestros mayores”, que son un porcentaje muy importante de los pacientes a los que atiendo habitualmente en la consulta.
Sus pacientes sienten predilección por usted tal como se refleja en las encuestas de calidad que se realizan desde la clínica. ¿Qué cree que es lo más importante para los pacientes cuando acuden a consulta?
A mi juicio creo que para ellos es importante encontrarse con una sonrisa y una cara amiga; pero también valoran que se les dedique un tiempo y se les escuche. No todo el mundo necesita recibir la misma información pero una explicación sincera adaptada a cada caso siempre es muy bien recibida. El paciente necesita que te pongas en su lugar y te preocupes por resolver su problema y le des siempre la mejor solución que esté en tus manos.
¿Qué peso considera que tiene el trato humano en el conjunto de aspectos que más valora el paciente?
Me aventuraría a decir que el trato humano por parte del profesional médico es uno de los aspectos más valorados por los pacientes en consulta, más incluso que los propios recursos tecnológicos de los que se disponga, ya que permite establecer un vínculo más cercano con el paciente a la hora tanto de su exploración como de su diagnóstico.
Si tuviese que definir su trayectoria profesional con una palabra, ¿cuál sería y por qué?
Perseverancia, porque he necesitado tiempo para encarar cada desafío hasta llegar a donde estoy.