EL TACTO Y LA VISTA SE SEPARAN AL NACER

Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante (IN) −centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández− muestra en ratones que los circuitos del tacto y de la vista no son independientes en el embrión, sino que están entremezclados. El trabajo, publicado en la revista Science, indica que es al nacer cuando estos circuitos se separan y las respuestas a los estímulos sensoriales pasan a ser independientes.

Los investigadores pudieron comprobar, por primera vez in vivo en ratones, que durante el desarrollo embrionario un estímulo táctil no sólo desencadena la respuesta esperada en la corteza somatosensorial primaria (una de las zonas del cerebro que se ocupa del sentido del tacto) sino que, sorprendentemente, también da lugar a una respuesta en la corteza visual.

Este proceso fundamental de separación de los circuitos sensoriales ocurre durante una ventana de tiempo cercana al nacimiento y en una estructura del cerebro denominada colículo superior. Al nacer, los sentidos se separan en esta estructura y siguen vías diferentes. Las ondas de actividad de la retina facilitan la segregación porque dirigen los estímulos de cada modalidad sensorial a la corteza correspondiente y hacen que podamos percibirlos por separado.