La cirugía es el único tratamiento que existe hoy en día para tratar las cataratas. Consiste en extraer el cristalino opacificado y sustituirlo por una lente intraocular transparente. Esta intervención no duele gracias al uso de colirios anestésicos, se realiza con anestesia local y es cirugía ambulatoria lo que permite al paciente una recuperación visual más rápida así como volver a su domicilio después de la intervención.
Para la cirugía de cataratas se pueden utilizar lentes monofocales o lentes trifocales. A la hora de escoger la lente, se aconseja el uso de lentes trifocales en los casos en los que sea posible ya que permiten al paciente ver sin necesidad de utilizar gafas y a diferentes distancias: visión lejana, cercana e intermedia.
Normalmente no se aconseja operar ambos ojos al mismo tiempo. Se suele dejar una o dos semanas después de la primera operación para tratar el segundo ojo ya que aunque la posibilidad de complicaciones es mínima, de producirse permite al oftalmólogo tratarlas antes de intervenir el siguiente.
Tras la cirugía, el paciente:
- Puede ver bastante bien al día siguiente de la intervención
- Recupera el rango de visión que tenía antes de tener cataratas
- No volverá a sufrir cataratas ya que una vez eliminada ésta no vuelve a aparecer