“ES UN VALOR AÑADIDO AL INCREÍBLE TRABAJO QUE REALIZAN MIS COMPAÑEROS EN OTRAS ÁREAS”

Así lo afirma la responsable de Atención al Paciente del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla, María García, que es la encargada de dirigir este departamento de la clínica que surge como un espacio donde los pacientes puedan finalizar su visita de forma sosegada, compartir su experiencia y realizar las gestiones pertinentes antes de volver a casa. Un valor añadido al trabajo del resto de especialistas de las demás áreas, en el que la perseverancia y la empatía son claves para crear un entorno de confianza en el que el paciente se sienta cómodo y pueda compartir sus sensaciones y exteriorizar sus emociones. Lo cuenta con más detalle en esta entrevista.

 

¿Cuándo comenzó a trabajar en la clínica? ¿Cómo surgió esta oportunidad?

Empecé a trabajar en el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla en abril de 2019. Acababa de regresar a Galicia tras un tiempo viviendo en otros lugares. Dada mi experiencia laboral previa en el ámbito sanitario, me apetecía seguir apostando por trabajar en él. Hasta ese momento, mi contacto con este sector había sido en odontología; no obstante, estaba dispuesta a trabajar en otras especialidades. Conocí el Instituto por la cercanía respecto a mi lugar de residencia y decidí probar suerte. En ese preciso momento, en la clínica estaban buscando a una candidata para estrenar el Departamento de Atención al Paciente y, justamente ahí, llegué yo.

¿Qué significa para usted formar parte de una institución sanitaria como es el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla?

Es una suerte formar parte de un equipo multidisciplinar del que se pueden aprender muchísimas cosas a diario. Aunque provengo del ámbito de la comunicación, resulta interesante conocer tan de cerca el mundo de la oftalmología.

Nos podría contar “un día” en el Departamento de Atención al Paciente de la clínica.

Cada día en el Departamento de Atención al Paciente es como una montaña rusa y totalmente inesperado. Nunca sabes cómo va a transcurrir el día, dado que todo depende de lo que suceda en consulta. Esto se debe a que una gran parte de mi trabajo se lleva a cabo una vez que el paciente finaliza su consulta con el oftalmólogo. En función de lo que determine el médico, será o no necesario que la visita concluya en Atención al Paciente. Los pacientes pueden acudir a este departamento por diversos motivos aunque el más habitual suele ser cuando el oftalmólogo recomienda cirugía.

¿A qué retos se enfrenta en su trabajo diario?

La organización de la programación quirúrgica, en ocasiones, se puede convertir en una tarea ardua. Requiere de una buena comunicación con los demás departamentos así como de una atención cuidada con cada paciente. Hay que tener en cuenta muchas variables para procurar que todo encaje como debe y, para ello, se necesita una dedicación constante.

¿Cómo ve la evolución del Departamento de Atención al Paciente desde que empezó a trabajar en la clínica?

Desde que empecé a trabajar en la clínica hasta el día de hoy, he notado un gran cambio. El Instituto está en constante crecimiento y, cada vez, se ofrecen más servicios a nuestros pacientes. Por ello, al igual que en otros departamentos, mi línea de trabajo es mucho más amplia que al comienzo y todo parece indicar que seguirá la misma tendencia.

¿Cree que los pacientes valoran este departamento especializado exclusivamente en ellos?

Sí, considero que valoran el hecho de que exista un espacio donde puedan finalizar su visita de una forma sosegada, compartir cómo ha sido su experiencia y realizar las gestiones pertinentes antes de abandonar la clínica. Creo que es un valor añadido al increíble trabajo que realizan mis compañeros en otras áreas.

¿Y sus compañeros del Instituto? ¿En qué les beneficia en su día a día contar con un departamento como éste?

Creo que esta pregunta podrían responderla mejor ellos… No obstante, considero que es positivo que exista un departamento que se encargue de la programación quirúrgica de una forma más minuciosa dado que se trata de una parte relevante de los servicios que ofrece el Instituto. Así, cuando otro departamento debe coordinar alguna cuestión relacionada con la organización quirúrgica; mis compañeros pueden hablar directamente conmigo para obtener toda la información que precisan al respecto. En general, considero que la existencia de cada departamento dentro del Instituto es importante para que cada servicio que se ofrece al paciente sea lo más personalizado y específico posible.

¿Cuáles diría que son las principales aptitudes con las que debe contar un profesional que quiera trabajar en un departamento de atención al paciente?

La perseverancia y la empatía son claves para llevar a cabo el trabajo diario. Los cambios constantes que surgen conllevan que sea necesario rehacer algunas tareas que ya estaban completadas. Por ello, se vuelve imprescindible persistir en cada una de ellas.

Por otra parte, creo que la empatía es necesaria para crear un entorno de confianza en el que el paciente se sienta a gusto y pueda compartir sus sensaciones y exteriorizar sus emociones.

Sabemos que los pacientes la adoran. ¿Dónde radica el secreto?

Uy [se ríe] no sé si eso es así. Habría que preguntarles. En la medida de lo posible, intento proyectar un clima de cercanía y calidez para que los pacientes se sientan cómodos a pesar de los temores o preocupaciones en lo que respecta a su visión. La escucha activa es fundamental cuando se trabaja en este ámbito; los pacientes necesitan sentirse comprendidos y arropados. En definitiva, procuro tratar a los pacientes como me gustaría que lo hiciesen conmigo.

¿Cuál destacaría como principal valor de su forma de ser?

La honestidad creo que es un aspecto que puede definirme. En todos los ámbitos de mi vida, trato de actuar con coherencia y de la forma más justa y razonable posible.