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Se conoce ya como dressgate y logró dividir a los usuarios de las redes sociales durante una semana preguntándose de que color era el traje de la fotografía. Mientras unos lo veían azul y negro otros aseguraban que era blanco y dorado. El origen de la confusión: una ilusión óptica producida por la luz de la propia fotografía del vestido.
El Instituto Gómez-Ulla fuimos unas de las primeras clínicas oftalmológicas en dar respuesta al debate en nuestro Facebook y así lo recogieron medios como La Voz de Galicia. La diferencia radicaba en el modo del cerebro en procesar la información. Mientras el cerebro filtra de manera intuitiva el fondo y la luz para lograr ver el verdadero color del vestido, la tonalidad azulina de la imagen y la confusión de los colores que hay cerca del vestido llevan al cerebro a una confusión.