EN LOS MEDIOS
- Así lo constata el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla para recordar la importancia de realizar revisiones oftalmológicas antes de los seis años de edad
- Según el estudio El Estado de la Visión Infantil en España, uno de cada cinco niños podría tener un problema visual no detectado
- Desde la Unidad de Oftalmología Pediátrica de la clínica se recuerda que guiñar los ojos para enfocar la vista, parpadear más de la cuenta o frotarse los ojos constantemente pueden ser signos de deficiencia visual
- Los defectos refractivos, el estrabismo o el ojo vago son algunas de las patologías oculares más comunes en niños
La mitad de los problemas visuales en adultos se podría haber prevenido en la infancia. Así lo constata el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla para hacer hincapié en la importancia de las revisiones en niños y del diagnóstico precoz para prevenir o combatir problemas visuales en el futuro ya que para algunos de ellos no hay solución a partir de los ochos años de edad.
De 0 a 6 años, periodo clave para prevenir patologías oculares
Desde la clínica se recuerda que es importante realizar un examen completo al nacer que se complementará con otro a los seis meses. La siguiente revisión debería ser a los tres años para asegurarse de que la visión del niño es correcta justo antes de empezar el colegio y anualmente desde entonces. Es especialmente importante la revisión a los seis años ya que es en este momento cuando el sistema de visión es casi similar al de un adulto.
“Debe tenerse en cuenta que la función visual se desarrolla desde el nacimiento hasta los 6 años de edad, momento en el que se suele alcanza la madurez visual y posteriormente hasta los 10 años que es periodo clave para la aparición y el tratamiento del ojo vago, de ahí que sean claves las revisiones de visión en este periodo ya que es cuando se pueden prevenir patologías oculares como la ambliopía o la descoordinación entre ambos ojos”, afirma el director médico del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla, el Prof. Francisco Gómez-Ulla.
Señales de deficiencia visual
Según datos obtenidos del estudio El Estado de la Visión Infantil en España, realizado en 2016 por la asociación Visión y Vida, uno de cada cinco niños podría tener un problema visual no detectado. En muchas ocasiones los padres lo desconocen por ello es fundamental tener en cuenta determinados signos que pueden alertar de alguna deficiencia visual en la infancia como puede ser frotarse los ojos constantemente, parpadear más de la cuenta, guiñar los ojos para enfocar la vista, acercarse mucho para leer o ver la televisión, saltarse líneas durante la lectura o estrabismo en alguno de los ojos.
“No podemos olvidar que los problemas visuales están entre las principales causas de fracaso escolar ya que los problemas de aprendizaje de un niño pueden esconder realmente un problema de visión”, recuerda el especialista en oftalmología pediátrica de la clínica, el Dr. Pablo Durán.
Problemas de visión más frecuentes en niños
El estrabismo es uno de los problemas de visión más frecuentes en niños. Consiste en la pérdida de alineamiento de uno de los ojos respecto al otro y se manifiesta como una desviación de la mirada. Se trata con una adecuada graduación de las gafas, mediante parches (si existe ojo vago) o con cirugía correctora si persiste la desviación tras los pasos anteriores.
También el ojo vago es una patología ocular común en los más pequeños. Se trata de una disminución de la visión que aparece en un ojo (o ambos ojos en casos excepcionales), que por lo demás, no tiene ninguna enfermedad ni alteración identificable. En estos casos el tratamiento debe realizarse lo antes posible, preferiblemente antes de los 7 años. Se corrige mediante gafas y la estimulación del ojo vago tapando el contralateral de mejor visión, un número determinado de horas al día.
En la infancia también pueden darse defectos refractivos como la hipermetropía, la miopía o el astigmatismo, que producen importantes alteraciones en la visión del niño. El tratamiento de los defectos refractivos pasa por detectarlos a tiempo y recetar la graduación que necesita cada paciente. Esto se realiza haciendo una toma de agudeza visual, prueba de refracción sin y con dilatación pupilar y prescripción de las gafas adecuadas.
Por último, otra patología a tener en cuenta es la catarata pediátrica que se trata de la aparición de una opacidad en el cristalino. Puede presentarse al nacimiento o progresivamente durante el crecimiento del niño. Si se decide que se puede obtener buena visión en ese ojo a pesar de la catarata, se suele intentar potenciar la visión del mismo con gafas, parches en el ojo contralateral o colirios. Cuando los casos de cataratas son importantes y están presentes ya al nacimiento, es indispensable la cirugía para conseguir el máximo desarrollo de la visión en un periodo crítico que abarca ya desde los primeros meses de vida. También puede ser necesario operar si la catarata progresa en tamaño o densidad.
Colirio de atropina, tratamiento para la miopía pediátrica
Para la miopía pediátrica existe en la actualidad un nuevo tratamiento llamado colirio de atropina 0,01%. Es el tratamiento más eficaz de los evaluados hasta el momento para controlar la miopía en niños. Aunque es la primera opción de tratamiento, su aplicación debe realizarse siempre después de haber realizado una valoración individual del riesgo de progresión de la miopía en cada caso concreto.
Se estima que, en general, la atropina 0,01% desacelera la progresión de la miopía entre un 25-50% frente a pacientes no tratados. Para llegar a esta conclusión se han realizado estudios que han demostrado un efecto clínico de la atropina diluida sobre la desaceleración de la progresión de la miopía en niños. De hecho, en algunos pacientes, cuando se detuvo la aplicación de la atropina, se observó un rebrote de la miopía.