Fascinada por la especialidad de Retina Quirúrgica desde que era residente del Prof. Francisco Gómez-Ulla, Purificación Mera forma parte nuclear de la Unidad de Mácula, Retina y Vítreo de la Clínica, referente a nivel internacional. Su entrega y rigurosidad profesional le han hecho merecedora de ‘bordar’ cualquier intervención de retina que acomete, un calificativo que, como asegura, debe a su madre, costurera, trabajando siempre con precisión y de forma meticulosa para conseguir los mejores resultados. Valora especialmente el trabajo en equipo, algo que le permite desempeñar el Instituto, y lo traslada a todos los ámbitos de su vida como el deporte, y en concreto al pádel, deporte del que es aficionada.
Usted es una de las oftalmólogas de la Unidad de Mácula, Retina y Vítreo de la clínica. ¿Por qué escogió esta especialidad?
Mi interés por la Oftalmología surgió durante las prácticas de 5º de carrera, siendo estudiante de Medicina. La subespecialidad de Retina Quirúrgica me fascinó desde que era médico residente.
Dicen de usted que no es que opere bien sino que borda las retinas y que está siempre dispuesta a realizar una intervención en cualquier momento y hora. ¿Por qué este nivel de compromiso?
Lo del “bordado” se lo debo a mi madre, que ha sido costurera toda su vida, trabajando con precisión y de forma meticulosa para conseguir los mejores resultados. Si la patología que presenta el paciente requiere de una intervención quirúrgica urgente o el pronóstico visual va a empeorar si se demora el inicio del tratamiento, nos ponemos en marcha todo el equipo asistencial del Instituto para poder resolverlo cuanto antes.
¿Qué se siente cuando se opera a un paciente que acude a la clínica con un Desprendimiento de Retina y gracias a su cirugía se logra que no pierda la visión?
Sin duda, es una gran satisfacción, que nos motiva a seguir trabajando cada día para ofrecer el mejor servicio asistencial al paciente. Es muy gratificante poder ayudar a través de tu trabajo a los demás.
Junto con el Prof. Gómez-Ulla, la Dra. Fernández, el Dr. Abraldes y la Dra. Gil forman una de las unidades de retina referentes en nuestro país. ¿Qué le reporta tanto profesional como personalmente trabajar en un centro que es referente internacional en su especialidad?
La posibilidad de formar parte del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla me ha permitido crecer profesionalmente y es un orgullo para mí pertenecer a este equipo.
¿Podría explicarnos como conoció al Prof. Gómez-Ulla y cuándo iniciaron su colaboración profesional?
Cuando yo era médico residente el Dr. Gómez-Ulla era el Jefe de la Sección de Retina Médica del C.H.U.S., desde otros centros le enviaban casos complejos o poco frecuentes, lo que nos permitía a los oftalmólogos en formación aprender de su experiencia.
En todos estos años de atención al paciente ¿recuerda algún caso concreto que le haya marcado especialmente?
Hace relativamente poco operamos a un chico joven que accidentalmente se había perforado el ojo y tenía un fragmento de metal incrustado en la retina con signos iniciales de infección intraocular. La cirugía resultó exitosa y el paciente recuperó su visión previa.
Es una gran amante del deporte, sobre todo del pádel. ¿Por qué concretamente éste y qué le aporta?
Me inicié en el pádel de forma tardía, es un deporte que engancha, me divierte y me permite desconectar. Se juega por parejas, siendo fundamental un buen trabajo en equipo, como en la oftalmología.