EL INSTITUTO OFTALMOLÓGICO GÓMEZ-ULLA INCORPORA LA TECNOLOGÍA MÁS AVANZADA PARA REALIZAR CIRUGÍA REFRACTIVA DE PRECISIÓN

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  • El Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla incorpora a sus instalaciones la tecnología más segura y precisa para tratar los problemas de refracción más comunes: miopía, hipermetropía y astigmatismo
  • Permite además corregir la presbicia, también conocida como vista cansada, y operar a pacientes pseudofáquicos
  • La clínica recuerda que no todos los pacientes que usan gafas para ver de cerca o lejos son aptos para someterse a esta intervención
  • Es imprescindible realizar pruebas preoperatorias específicas como topografía corneal, pupilometría o valoración de la superficie ocula


A la vanguardia tecnológica una vez más, el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla ha integrado en sus instalaciones un nuevo equipo láser para cirugía refractiva, el láser excímer TECHNOLAS TENEO 317. Estará destinado a tratar los problemas de refracción más comunes: miopía, hipermetropía y astigmatismo, que impiden la correcta visión de lejos, de cerca o el enfoque claro de los objetos tanto cercanos como lejanos, respectivamente.

En España casi 25 millones de personas utilizan algún tipo de compensación visual. El 46% es miope y el 34%,  hipermétrope. Con esta nueva incorporación, la clínica se afianza como uno de los centros oftalmológicos de referencia a nivel nacional, poniendo a disposición de los pacientes la tecnología más avanzada y el mejor equipo humano para garantizar unos resultados y experiencia óptimos.

Más precisión y seguridad

El ADN científico e innovador de la clínica ha hecho que apueste por  el equipo más avanzado del mercado que destaca por su rendimiento, eficiencia, precisión y seguridad. Dispone de un flujo rápido de trabajo que permite realizar la totalidad del procedimiento en cuatro pasos, que sumado a su “Eyetracker” líder en la industria oftálmica, posibilita tratar a una velocidad de un segundo por dioptría.

Además, este nuevo láser se diferencia de otras plataformas en que tiene un programa especial que permite también corregir la presbicia, también conocida como vista cansada, así como eliminar las gafas para ver de cerca  a pacientes pseudofáquicos, operados de catarata con lente monofocal, la cual les permite ver de lejos, pero siguen necesitando gafas para ver bien a distancia cercana e intermedia.  

La presbicia o vista cansada es un proceso normal de envejecimiento del ojo en el que el cristalino se modifica y pierde su flexibilidad en personas a partir de los 40 años. Como consecuencia, disminuye la capacidad de ver con claridad objetos cercanos.

Estudio exhaustivo previo

El Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla recuerda que resulta imprescindible realizar un estudio exhaustivo previo del paciente antes de la intervención para determinar si el paciente es apto o no para someterse a una operación de cirugía refractiva.

“La cirugía refractiva permite a los pacientes que usan gafas para ver de cerca o de lejos volver a ver bien sin ellas. Pero eso no significa que todas las personas que lleven gafas puedan ser operadas mediante esta técnica”, afirma el director médico del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla, el Prof. Francisco Gómez-Ulla de Irazazábal.

“Antes de decidir si un paciente es apto  o no para este tipo de cirugía refractiva, deberemos realizar una serie de pruebas específicas, además de medir la agudeza visual, calidad de lágrima y estudio de la córnea.  Si los resultados no están dentro de los que consideramos parámetros normales o si hay dudas, se desaconsejará la intervención”, afirma.

Pruebas preoperatorias  

Las pruebas específicas que se realizarán incluyen topografía corneal, que será la que nos permita conocer en detalle la morfología de la córnea para saber si tiene una distribución normal tanto en su cara anterior como posterior. También será imprescindible conocer el espesor de la córnea y valorar la densidad, tamaño y forma de sus células.

Además se realizará un test de colores para descartar cualquier tipo de alteración en la percepción de los mismos, se analizará la visión en tres dimensiones, se explorará el fondo de ojo para evaluar la salud de la retina y del nervio óptico, se llevará a cabo una biomicroscopía para determinar el estado de la córnea, el iris o el cristalino y se medirá la presión intraocular para confirmar que se encuentra dentro de los valores de normalidad.