“LOS NIÑOS NO SON ADULTOS PEQUEÑOS POR LO QUE UN ADECUADO DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE SUS ENFERMEDADES OCULARES REQUIERE ESPECIALIZACIÓN EN OFTALMOLOGÍA PEDIÁTRICA”

Responsable de la Unidad de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla, el interés del Dr. Pablo Durán por esta especialidad surgió durante su formación como oftalmólogo. Impresionado cada día por la actitud positiva, ingenuidad y alegría que muestran los más pequeños, considera tremendamente gratificante trabajar con niños al poder contribuir a reducir o evitar las enfermedades de visión en su edad adulta. Una responsabilidad que le acompaña también en su faceta más solidaria como colaborador del proyecto para formación y docencia de Oftalmopediatría en África subsahariana del que dice es “una oportunidad, de las pocas que te da la vida, para ayudar a los que más lo necesitan haciendo lo que mejor se te da”.

 

¿Por qué decidió especializarse en oftalmología pediátrica?

Esta opción surgió durante mi formación como oftalmólogo. El interés que me suscitó el campo de los estrabismos y su relación con otras enfermedades que aparecen en la infancia como el ojo vago me llevó a querer especializarme en oftalmología pediátrica. Durante el máster que realicé en Barcelona descubrí, además, que la oftalmología pediátrica también comprendía otras subespecialidades como la catarata y el glaucoma pediátrico, la retinopatía de la prematuridad y muchas más que hacen de la oftalmología pediátrica una especialidad tremendamente variada e interesante.

¿Cómo es trabajar con niños?

Una de las experiencias más gratificantes que se puede tener. Poder hacer seguimiento de los pacientes pediátricos a lo largo de su desarrollo y ayudarles en el tratamiento de sus problemas oculares es tremendamente satisfactorio ya que estás contribuyendo, dependiendo de cada caso, a reducir o a evitar enfermedades de visión en su edad adulta. Una gran responsabilidad pero también una gran recompensa para mí como profesional.

¿Qué aprendizaje se lleva de los más pequeños?

Sin duda, lo que más me impresiona de los más pequeños es su actitud positiva, su ingenuidad y la alegría que desprenden. Me recuerdan cada día lo importante que es tener una actitud positiva tanto en consulta como en la vida, siendo felices valorando las pequeñas cosas.

Tras empezar a ejercer profesionalmente en Barcelona, y después de un año trabajando al mismo tiempo en el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla y en el Hospital Sant Joan de Deu, decidió volverse definitivamente a Galicia. ¿Qué le motivó a apostar por nuestra Comunidad para ejercer la práctica profesional?

El reducido número de especialistas en oftalmología pediátrica en Galicia me hizo darme cuenta de que alguien formado en mi especialidad podría ayudar a marcar la diferencia en lo que al cuidado de las enfermedades oculares pediátricas se refiere. Y que mejor manera de hacerlo que en mi tierra natal, por eso decidí apostar por Galicia para ejercer la práctica profesional. Dicho esto, sólo me queda expresar un profundo agradecimiento a mis compañeros del Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona, lugar que considero mi alma mater profesionalmente hablando.

¿Por qué es importante la especialidad en oftalmología pediátrica?

Porque los niños no son adultos pequeños. No siempre saben o pueden responder a lo que les duele o les molesta o colaborar en la exploración oftalmológica. Nuestra función como oftalmólogos pediátricos es justo ésta: salvar estas dificultades, sabiendo cómo examinar y tratar a los más pequeños en un examen médico y lograr que se relajen y cooperen si, por edad, están ya en disposición de hacerlo. Para ello contamos con tecnología adaptada a sus necesidades, algo muy importante para un diagnóstico y tratamiento correctos, y con espacios adaptados a sus necesidades, ya que tanto las salas de espera como las consultas están diseñadas, decoradas y adaptadas para generar un ambiente agradable que no genere tensión al menor.

¿Recuerda cuándo comenzó a trabajar en la clínica?

Recuerdo sobre todo mi vida a caballo entre Barcelona y Santiago. 15 días al mes en cada centro. Mucho trabajo y muchos viajes en avión. Mirando atrás y ya desde la distancia no sé si sería capaz de afrontar de nuevo esa etapa con la misma carga de trabajo.

¿Cómo valoraría la evolución que ha experimentado el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla desde que llegó? ¿Y usted como profesional?

Destacaría la evolución de la clínica en estos años hacia la superespecialización, con oftalmólogos dedicados casi en exclusiva a tratar enfermedades específicas lo que permite ofrecer a los pacientes los tratamientos y técnicas más actuales en cada caso. En cuanto a mi evolución profesional destacaría que el estar en un centro de referencia me ha permitido tener acceso y poder tratar casos complejos mediante técnicas como el bloqueo del nistagmus, el abordaje de visión doble de causa rotacional y en general las reintervenciones en adultos ya operados previamente de estrabismo.

Tenemos entendido que es colaborador del proyecto para la formación y docencia de Oftalmopediatría en África subsahariana con OCULARIS desde 2011. ¿Qué nos puede contar de esta iniciativa y de cómo surgió la colaboración?

Se trata de un proyecto iniciado por el Dr. Joan Prat del Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona hace ya una década. El objetivo es formar en oftalmopediatría a oftalmólogos de países como Senegal y Mozambique donde las posibilidades de acceder a esos conocimientos son prácticamente nulas. Además, en estos países de tan alta natalidad es especialmente importante poder reconocer y tratar las enfermedades visuales de los niños de corta edad. En la vida hay pocas ocasiones de ayudar a los que más lo necesitan haciendo lo que se nos da mejor y, sin duda, ésta es una de ellas.

¿Piensa que este tipo de acciones habría que enfocarlas a enseñar a operar para que las intervenciones no las realicen sólo ustedes mismos?

Sin ninguna duda y es éste el objetivo primordial del máster de oftalmología pediátrica para el África Subsahariana que llevamos a cabo en la asociación los últimos años. Durante mucho tiempo la cooperación sanitaria en oftalmología se ha centrado en diagnosticar y operar a pacientes de las zonas más necesitadas. Aunque encomiables, estas acciones se asemejan a intentar vaciar el mar con un cubo. Nuestra opinión es que dando a los oftalmólogos locales una base para que ellos mismos desarrollen sus propias capacidades y habilidades quirúrgicas podemos ayudarles a valerse por sí mismos en el futuro. Creemos firmemente que, no sólo desde el punto profesional sino desde el del desarrollo personal de los oftalmólogos locales, es lo más correcto.